Tu primer cumpleaños a mi lado... debe ser especial [Blaise K. Zabini]

Me había pasado semanas completas pensando como hacer que el primer cumpleaños de Blaise estando conmigo fuera especial e inolvidable, había planeado cada detalle y en mi mente tenia el paisaje perfecto, un tema romántico y pues... Todo lo que pudiera involucrar una hermosa y perfecta celebración, el regalo indicado para el ya estaba comprado y guardado en un lugar mega-seguro, con lo curioso que es era muy probable que pudiera descubrirlo en cualquier momento. Quería darle algo muy personal y muy preparado a Blaise, después de todo nuestra relación se basaba en muchas cosas como la amistad que desde un principio nos unió, el amor que poco a poco fuimos sintiendo el uno por el otro y la pasión que nos envolvía cada vez que estábamos juntos.

El día paso rápido, entre clases, deberes y mis propios deberes como prefecta me había dejado muy poco tiempo para arreglarme y para preparar todo, así que en una de las tantas rondas me pase a la sala de los menesteres para afinar los últimos detalles en mi mente y ya cerca de las 23.00 horas llegue a la sala común, entre a la habitación y al ver a Blaise recostado en la cama semidormido una sensación de ternura invadió mi ser. Lentamente y sin hacer ruido me acerque a el para despertarlo con un suave y dulce beso en los labios -Despierta mi amor, despierta que te tengo una sorpresa-

Aun medio dormido lo tome de la mano para hacer que se levantara y esperando que despertara de camino entrelace mi mano con la de el y lo dirigí hasta la sala de los menesteres. Estado frente a ella le sonreí sutilmente y del bolsillo de mi capa tome un antifaz completamente negro -Cubriré tus ojos con esto y no te lo quites hasta que yo te diga ¿Vale?- dicho ello me paro en la punta de los pies para lograr llegar a ponerle el antifaz y le doy un beso suave, luego al abrirse las puertas de la sala entramos a ella, miro a Blaise asegurándome que el no esta espiando y cierro mis ojos concentrando el paisaje. Rápidamente el salón comienza a cambiar revelando el paisaje que había tenido guardado en mi mente por tantos días.


Junto con el salón nuestras ropas también cambian, la mía se convierte en un hermoso vestido color verde Slytherin, largo y abierto a un costado, mis usuales zapatos de tacón a juego con el vestido y mi cabello cambia a un estilo ondeado, suelto que cae sobre mis hombros. Una vez todo listo vuelvo a girarme hacia el y yo misma le quito el antifaz -Feliz cumpleaños mi amor- agrego abrazándolo con todo el cariño imaginable y con el mismo cariño tomo su rostro y beso sus labios intensamente.

Faltaba ¿cuánto? No mucho a decir verdad... Tres de noviembre era la fecha de su decimoctavo cumpleaños. Había tenido un día bastante ajetreado, más de lo usual, mientras, las clases y su rutina de ejercicios prácticamente no le habían dado ningún respiro salvo por los cortos recreos. Cuando cayó la noche, Blaise se encontró en la habitación, casi desarmado y tirado en la cama. Quería esperar a Pansy para dormir, pero francamente se le estaban cerrando los ojos. Ya mañana sería otro día... Y el día de su cumpleaños para mejor, un día significativo para él porque no le molestaba para nada cumplir años, al contrario, le encantaba.
Mientras estaba deambulando en ese extraño mundo de la duermevela, se dio cuenta de que alguien forzaba a que su mente despertase completamente y saliese de aquel letargo. Suspiró y abrió los ojos:
- ¿Pansy? Que rayos... - pero antes de recibir cualquier respuesta coherente y de que su cerebro procesase de manera eficaz cualquier tipo de información se vio tomado de la mano y arrastrado fuera de la habitación y fuera de la sala común misma. Mientras caminaba, sus sentidos fueron despertando, lentamente, pero despertando al fin. Antes de que pudiese darse cuenta se encontraban en el séptimo piso, frente a la pared de la Sala de Menesteres.
Sacudió la cabeza de un lado a otro para quitarse los últimos rastros del sueño y miró el antifaz que ella le mostraba, dejando que se lo colocase.

No podía ver nada, pero se dejo guiar al interior y noto como sus zapatillas pisaban algo de una textura rara y... granulada. ¿Era arena acaso? Así mismo notaba un cambio en su cuerpo, más bien en sus ropas... Algo le decía que el uniforme de estudiante de Slytherin que tenía regularmente (y con el cual casi se había quedado dormido aún teniéndolo puesto) había desaparecido y había sido reemplazado por otra cosa.
Cuando ella le quitó el antifaz se quedó mudo ante el paisaje... Estaba en una playa, al atardecer, justo en la orilla del mar había una mesa con dos sillas rodeada de velas y antorchas sobre la arena que proporcionaban iluminación al igual que lámparas con vela sobre la mesa. El sonido de las olas era reconfortante... Y en cuanto a su vestimenta llevaba un elegante traje gris formal, que solía utilizar para las celebraciones formales y especiales, con una camisa de color verde oscuro y corbata haciendo juego con el traje. Ante sus palabras se dio cuenta de porque tanta cosa especial y sonrió lleno de sorpresa y afecto... Ya eran las 12 de la noche... Ya era día tres de noviembre... Ya era su cumpleaños.
Le correspondió con total ternura y gran amor a ese beso tan dulce y lleno de significado que ella le dio, y con verdadera gratitud en la voz le dijo: - Yo... amor... muchas gracias... - dicho esto correspondió con más fuerza al abrazo que le dio ella, totalmente emocionado y conmovido por la situación. Sabía que, seguramente, Pansy haría algo por su cumpleaños, pero no se imaginaba la magnitud de lo hecho... Esto era... era mucho más de lo que se había imaginado en cualquier momento.
- Es perfecto... - dijo mirando a su alrededor, maravillado - Simplemente es perfecto, amor...

Suspiro profundamente al mirar a mi alrededor, ciertamente ya terminado y completamente montado era mucho mas hermoso de lo que en mi mente podía verse, era sublime, romántico y muy personal, tal como lo había imaginado... ¿Que mejor que darle uno de mis pensamientos mas profundos?, aparte de su obsequio no se me ocurría algo mas. Mi mirar se encontró con los verdes iris de el y una sonrisa se formo en mis labios, sentirlo así de emocionado y sorprendido me decía que había hecho, hasta el momento, las cosas bien y que no había sido muy obvia con en tema, sus palabras me demostraban que el no se esperaba aquello y eso me hacia feliz. -No me des las gracias amor, esto no es nada comparado con lo que tu me das a diario, con esos simples detalles que hacen que cada día sea especial y único... Sin importar como, haces cada momento memorable mi vida- agregue en un tono cálido y dulce para luego abrazarlo con mas intensidad y con mucho cariño.

-Es perfecto por que tu haces que nuestro amor lo sea... esto no es mas que un reflejo de lo que me provocas- Dicho ello entrelazo mis dedos con los de el para caminar a través de un camino de piedras en forma de mosaico que cruzaba la arena y nos dirigía justo hacia la pequeña mesita en la que solo había una vela mágica y un par de platos vacíos. Una vez frente a ella me siente en una de las sillas y espere a que el hiciera lo mismo, luego lo observo detenidamente unos segundos, sus iris se veían aun mas hermosos a la luz de aquella vela encantada -Bueno, como te habrás dado cuenta todo esta hechizado... Por lo tanto y como no sabia con certeza que querías cenar, solo debes pensar en que te gustaría comer y aparecerá allí-

Totalmente maravillado con todo lo que observaba, Blaise entrelazó su mano con la de Pansy y así juntos avanzaron por un camino de piedras sobre la arena que conducía a aquella mesa para dos, mientras escuchaba las palabras que esta tenía para decirle. Todo lo que lo dijo contribuía a que la piel de sus mejillas se volviese roja como un tomate mientras sentía que le ardía la cara por el sonrojo. Se sentía tan... abrumadoramente feliz... Todo era tan perfecto en aquella playa. Si, seguían estando en el castillo y en la Sala de Menesteres y aquella no era una costa "real" por así decirlo pero... ¡Que importaba! La única realidad que concebía ahora estaba en esa playa y estaba con su novia, lo más importante en su vida, la única mujer a la que realmente había amado y a la que sentía, amaría por el resto de sus días...
- ¿Simples detalles? - preguntó y en una pequeña risa agregó: - No sé... Al lado de esto mis simples detalles son poca cosa, amor. No te das una idea de lo enormemente feliz que me haces... Y que nuestro amor sea perfecto no es solo mérito mío... Tu pones muchísimo de tu parte y esto es prueba cabal de ello, tesoro.

Dicho esto observó como ella se sentaba y se sentó en la silla frente a ella, escuchando atentamente sus indicaciones sobre la comida. Entonces los hechizos puestos en ese lugar eran mucho más poderosos de los que pensaba... Hacer aparecer la comida no era algo normal, después de todo, la Ley de la Transfiguración de Gamp lo prohibía. Sin embargo, la Sala de Menesteres era un lugar especial que desafiaba todas las leyes de la magia, un lugar único de libertad casi completa. El simple hecho de tener allí mismo, una playa, dentro del castillo era prueba de eso. Miró su plato y pensó en que comida podría ser la indicada ¡Ya sabía! Pensó en una jugosa carne horneada sazonada con las más finas especias y hierbas aromáticas, con un montón de papas cocinadas de la misma manera y también embebidas en el jugo de aquella carne. Abrió los ojos cuando un delicioso aroma lo invadió y observó la comida, exactamente como la había imaginado. Debido al riguroso y estricto régimen de ejercicios que seguía para mantenerse en forma, Blaise no era un chico que comiese demasiado, pero hoy era su cumpleaños, podía hacer una excepción.
Miró a la mesa y, del mismo modo hizo aparecer una botella de champaña en un pequeño balde metálico lleno de hielo y con un movimiento de varita la descorchó. Para luego verter el contenido en las dos finas copas de cristal.
- Amor yo... no se que decir...- dijo mientras la observaba perdido en sus ojos - No sé como expresarte la enorme gratitud que siento en este momento...

Lo observe atentamente con una mirada llena de cariño, de amor y de entrega, Blaise en el tiempo que llevábamos juntos se había convertido en el hombre que siempre soñé... Sin duda se había convertido en el hombre con el que siempre había pensado compartir mi vida, aun cuando solo teníamos pocos meses de llevar una relación formal, estable y seria, todo lo que compartimos durante seis largos años había hecho que mas allá de complementarnos, mas allá de odiarnos en ocasiones había logrado que dependiéramos uno del otro, él era el único hombre que quería tener a mi lado, solo con el me había planteado tener una familia, cosa extraña por que no tengo un pensamiento muy conservador y muy de familias, considerando que la mía era solo una inútil pantalla, pero él... él había hecho que mi pensamiento cambiara, me había hecho replantearme todo de la manera mas tierna y especial que pudiese existir.

Confiaba plenamente en los gustos de Blaise y demás estaba decir que muchas cosas de las que yo comía usualmente, muchas de ellas catalogadas como poco saludables, no entraban en su dieta, sabia que por hoy podría hacer una excepción y era justamente por ello que había decidido que el eligiera, que de sus propios pensamientos se creara lo que cenaríamos, y no me había equivocado... Al tiempo que en su plato aparecía materializado lo que el deseaba probar, en mi plato apareció del mismo modo la cena, un delicioso aroma invadió mis sentidos e hizo que en mi rostro se dibujara una suave sonrisa, y ello era parte del hechizo, servia para probar que tan buen gusto para la cocina tenia y en cierto modo también me daba una sorpresa a mi.

-Amor... no tienes nada que decir, nada que agradecer, nada que expresar. Te amo, y me encanta sorprenderte, hacer cosas nuevas...- Sus palabras, su voz, su mirada, todo me decía que estaba emocionado, y fue ello lo que me hizo sonreír ampliamente y tomar su mano para acariciarla. Luego tome la fina copa entre mis dedos y la puse frente a mi rostro para chocarla levemente contra la de el, volví a sonreirle y mirando sus ojos exprese lo que mi corazón sentía -Brindo por ti mi amor, por que juntos podamos celebrar muchos años mas-

El joven sonrió ante las palabras de Pansy y chocó ligeramente su copa contra la de ella para decirle:
- No pasaremos años juntos, pasaremos décadas y décadas enteras...- luego le dio un sorbo a aquel burbujeante y helado líquido. Una reconfortante sensación le invadió la garganta cuando el mismo la atravesó y lo hizo relamerse. Era champaña de la más fina y de la mejor calidad. Aunque no era su bebida favorita, dado que esa era el whiskey de fuego, la champaña en realidad era lo más adecuado y acorde a la situación y la celebración y no le disgustaba para nada, es más, le parecía deliciosa y más dadas las circunstancias.
Por alguna razón, notó que cuando la comida apareció en sus platos, ella pareció esbozar una sonrisa sorprendida. El chico arqueó una ceja, divertido y se imaginaba el porqué de la sorpresa de Pansy.
En las cenas y almuerzos que habían compartido en el Gran Salón con los demás Slytherins nunca se había caracterizado por devorar lo que encontrase a su paso, como Crabbe y Goyle. De hecho Blaise veía con desagrado extremo la golosa voracidad de los dos gorilas de Malfoy. Él siempre había sido medido y austero a la hora de comer. Generalmente se conformaba con una ensalada y una pata de pollo asada, o con fideos blancos con mantequilla, o arroz hervido. Claro que en fiestas comía como cualquiera, pizza, hamburguesas, o lo que hubiera aunque fuese poco saludable, sin embargo, su dieta regular era frugal y austera.

En su casa tenía contacto con los manjares más elaborados que la cocina mágica pudiese lograr, y platos como esa carne que tenían era corriente en la mesa de su madre, aunque él optase por cosas más modestas, no ignoraba para nada lo que era la buena cocina y de vez en cuando se daba el gusto de probar dichos manjares, gusto que esta vez no se iría a negar.
- No te sorprendas tanto amor... A pesar de que coma las cosas más simples también me gusta la comida elaborada.
Dicho esto cortó un pequeño trozo de carne y pinchó una papa también con el tenedor, comió y al instante el delicioso sabor del alimento invadió su paladar, lo hizo relamerse... No sabía si tenía algo mágico en si la comida, pero que estaba sumamente deliciosa y perfectamente cocinada. Tragó y dijo:
- Mmm... Un manjar, sin duda. Todo es perfecto, hermosa, absolutamente todo.

Mantuve mi copa elevada un momento y al escuchar sus palabras no pude mas que sonreír demostrando la inmensa felicidad que me provocaban dichas palabras... Pues si, Blaise había tomado esa extraña costumbre de hacer que me sonrojara con mucha frecuencia, sus palabras, gestos, acciones y hasta su mirada lograban que los colores se me fueran a las mejillas, pero en esta ocasión no lo ocultaría, no me permitiría dejar de mirarlo en ese momento tan único solo por que cada vez que me sonrojaba tendía a mirar hacia otro lado. Sonreí ampliamente y suavemente choque mi copa con la de el pensando "Hasta que mi corazón deje de latir mi amor... y quizás hasta después de ello te seguiré amando como ahora"

Tome un sorbo de mi copa sintiendo como la champaña lentamente recorría mi garganta, luego baje la copa para tomar los cubiertos y cortar un tozo de la carne que el mismo había "preparado" y llevármelo a la boca para degustarlo y finalmente comerlo -Pues si amor, esto se sale completamente de lo que sueles comer... Esta delicioso- Le sonreí levemente y por un momento observe el mar, era algo difícil de creer, y mi mente ya ni siquiera recordaba que aun estábamos dentro del castillo, para mi estábamos a muchos kilómetros de el, el sonido del mar era tan real, la luz de la luna... Casi no podía creer que aquella simple sala lograra hacer realidad hasta aquel punto un pensamiento.

El joven se quedó observando los ojos de ella, perdido en su mirar... Para Blaise, no había mujer más hermosa que Pansy. Cualquier otra chica, por linda que fuese, se quedaba corta al lado de la magnificencia de la hermosa Parkinson. El tanto mirarla, el tanto observarla a los ojos le proporcionó en un momento una sensación... extraña. Él no era legeremante ni había demostrado demasiadas dotes a la hora de dominar ese arte o su contrapartida, la oclumancia. Sin embargo, el solo mirar tan profundamente a Pansy hizo que sintiera algo... que oyese unas palabras... que oyese que aún cuando el corazón de ella dejase de latir, lo seguiría amando con la misma intensidad. Al escuchar estas "palabras" pronunciadas sin que ella abriese la boca, sonrió ampliamente:
- Yo tampoco dejaré de amarte... Jamás, amor mío, ni siquiera cuando ya no esté en este mundo, te seguiré amando.
Y es que... ¿podía haber mejor regalo que tenerla a ella a su lado? Lo dudaba...

Continuó comiendo en silencio y dándole sorbos a la champaña mientras aspiraba aquel aroma salino que les traía el mar y escuchaba el relajante sonido de las olas... Todo era tan real y estaba tan perfectamente logrado, que en verdad podían creer que estaban en una playa verdadera, no en el interior de una sala del castillo de Hogwarts. Suspiró... Hace mucho tiempo que no se sentía así de feliz, parece que el corazón estaba a punto de salírsele del pecho. Amaba a su novia... Amaba sin lugar a dudas a Pansy... La amaba tanto que... Había hecho algo por ella que jamás habría hecho por otra persona, ni siquiera enloquecido. Sonrió de costado y le dijo:
- Hay algo que tienes que ver, amor...- dicho esto se quitó el traje y se desabotonó los botones de la muñeca de su brazo derecho, arremangándose la camisa dejando parte del brazo al descubierto. Sacó su varita y se tocó con la punta, el centro de su antebrazo, al instante en él aparecieron dibujadas una única palabra en negro, en una elegante letra cursiva: "Pansy". Sonrió de costado. Hace no mucho se había hecho ese tatuaje mágico que se activaba apenas poniendo la punta de la varita en la zona y permanecía activo durante días enteros al hacer eso. Suspiró y dijo:
- Nunca jamás me había tatuado el nombre de nadie... Solamente tú tienes el privilegio de que tu nombre adorne mi cuerpo.
Y era cierto... Tenía un tatuaje algo más convencional: una cruz celta en el pectoral izquierdo que databa de cuando tenía catorce. Y había jurado que no se volvería a tatuar nada más excepto que fuese completamente necesario... Y el tatuaje que se hizo de Pansy lo catalogaba como completamente necesario, así que estaba feliz con ello.

Sus palabras me dejaron muda y perpleja por un momento ¿Blaise había leído mi mente?... Momento, desde cuando Blaise tenia poderes legeremanticos. Me quede pensando por unos minutos tratando de encontrarle una explicación a lo que acababa de pasar. La legeremancia se aprendía y teniendo la experiencia que tenia jamas había visto un indicio de él. Aunque... si, había un modo en que el pudiera escuchar mis pensamientos, no leyéndolos, no entrando en mi mente sino sintiéndolos en su cabeza, pero ello era imposible... si fuese así significaría que él y yo estábamos destinados a estar juntos, pero... pero ello era una leyenda que mi abuela me contaba, ya no sabia que estaba pasando y solo pude suspirar, tome su mano y lo mire a los ojos -¿Como... como hiciste eso mi amor?- Pregunte algo sorprendida.

Bueno, fuese cual fuese la explicación a ello no dejaría que ella me detuviera, tenia muchas cosas planeadas y ya habría suficiente tiempo después para descubrir que sucedía con mi mente y la de el. Continué comiendo en silencio, disfrutando del suave sabor de las especias que poseía aquella deliciosa carne, el suave sonido del mar nos acompañaba dando ese toque de paz y quietud que buscaba ofrecerle... Amaba a Blaise, lo amaba con todo mi ser y contra quien se interpusiera, si, sin duda por el haría y daría todo pues jamás siquiera había imaginado sentirme tan a gusto y tan enamorada de aquel que un día fue mi mejor amigo, mis pensamientos vagaban libres guiados por la suave melodía de las olas pero sus palabras me sacaron rápidamente de mi mente. -¿Que cosa amor?- Al ver como en su brazo lentamente se revelaba mi nombre el mismo sentimiento de sorpresa y emoción volvió a embargar mi cuerpo y sentí como de mis ojos una lagrima quiso escapar pero no llego a nada, lo mire y una amplia sonrisa se dibujo en mi rostro -Pero... amor... es... no se que decir- Las palabras, los sentimientos luchaban en mi mente para salir pero la emoción no me dejaba hacer mas, no podía expresar lo que en ese momento sentía.

Tome su mano en la mía para acariciarlo con mi pulgar mientras lo observaba completamente perdida en sus ojos, y con mi otra mano aparte mi plato, últimamente había estado algo inapetente y ya estaba satisfecha, ademas tenia que guardar algo de espacio para el postre.

El chico sonrió satisfecho cuando notó la emoción en ella al ver el tatuaje, ese era el objetivo, quería sorprenderla gratamente con aquello, además de que tendría otras sorpresas que dispensarle y que tenía pensado darle esa noche, pero eso ya se vería con el paso de los minutos. Le sonrió y ante la primera pregunta que le hizo, simplemente se encogió de hombros. Él tampoco tenía ninguna explicación lógica para lo que había sucedido. Simplemente sabía que no sabía legeremancia al punto de leerle los pensamientos a alguien, que simplemente había oído lo que ella pensaba al verla profundamente a los ojos... Era extraño, pero así era... Era una experiencia que había tenido únicamente con ella y únicamente en este momento tan... significativo.
- No lo sé amor, yo tampoco lo puedo explicar... Es extraño.
Luego agregó, para hacer referencia al tema del tatuaje:
- No es necesario que digas nada, amor. Me lo hice con gusto y pensando en ti. Eres la única persona lo suficientemente digna de mí y a la que amo lo suficiente como para que haya hecho esto por voluntad propia y de total gusto.
Siguió comiendo hasta que acabó por completo con el alimento en el plato, apartándolo a un lado mientras la observaba nuevamente y se perdía en aquellos bonitos ojos oscuros. Notó el delicado tacto de su piel cuando su pulgar acarició sus manos y no pudo sino esbozar una ligera sonrisa. Esa noche estaba siendo la noche más perfecta que había tenido en mucho, mucho, mucho tiempo. Suspiró de manera alegre y luego dijo:
- Bueno amor... La cena estuvo espectacular... ¿Puedo saber que más has planeado, tesoro?

Lo seguí observando y acariciando su mano contemplándolo y guardando este momento en lo mas profundo de mi mente, sin duda era uno de los momentos dignos de recordar para toda a vida. ¿Que podría ser mejor? El, yo... el reflejo de las estrellas sobre el mar, un hermoso amanecer que sin duda veríamos allí, para mi no había un mejor panorama. Luego de varios minutos el acabo de comer y su pregunta me hizo sonreír levemente, dirigí mi mirar hacia el cielo poniendo cara de pensativa... Los platos, las copas y todo en la mesa comenzó a desvanecerse dejando solamente aquella vela encantada que no se consumía y que desprendía un sutil aroma que para cada uno era distinto, aquella vela tenia un hechizo que funcionaba igual que la amortencia, si bien no enamoraba a nadie, hacia que su aroma fuera distinto para queda persona, tomando el aroma que esa persona mas desea... El aroma que yo sentía era el perfume que Blaise solía usar mezclado con el aroma a chocolate y menta que desprendían las feromonas al estar en contacto con su piel. - No, no te diré por que es sorpresa, pero si las veras pronto mi amor-

Solté sus manos y las extendí frente a mi rostro, en ellas comenzó a materializarse un pastel, que yo misma habia hecho, con una peculiar forma, y sobre el tenia dos velas que formaban el número "18" sobre el.
Al terminar de materializarse el pastel, sonreí y comencé a cantar una canción de cumpleaños mas adecuada para la ocasión.

-Que noche tan preciosa
es la noche de tu día
todo lleno de alegría
en esta fecha natal

Yo por mi parte deseo
lleno de luz este día,
todo lleno de alegría
en esta fecha natal.

Y que esta luna plateada
brille su luz para ti...
Apaga las velas y pide un deseo mi amor-

Blaise sonrió de costado al ver como en la mesa se materializaba un pastel con dos velas encendidas formando el número 18, pero no tenía forma de pastel convencional. Parecía una serpiente de escamas amarillentas enroscada en sí misma. El chico soltó una pequeña carcajada al ver la forma, dado que le encantaba que Pansy lo conociese tan bien y a su afición por las serpientes.
Sonrió mientras escuchaba la pequeña canción de Pansy... La verdad que con un "Feliz cumpleaños a ti" se conformaba, pero lo que ella le estaba cantando no le disgustaba absolutamente para nada.
Se inclinó un poco ante el pastel y sopló ligeramente mientras pensaba en su "deseo". Era un deseo muy sencillo y que, visto como estaban las cosas, sin duda se realizaría... Una larga y dichosa vida junto a Pansy, eso era todo lo que deseaba. Las velas se apagaron y sonrió observándola, se le acercó y le dio un beso muy intenso y apasionado, para luego observar el pastel, tan bien hecho y formado, rió ligeramente y le dijo:
- Yo no puedo cortarlo, amor... Está tan perfectamente elaborado que me parece un sacrilegio dañarlo aunque sea para comerlo...

Internamente, muy internamente sabia que Blaise no iba a querer comer el pastel por que no querría desarmarlo, y aunque para muchos podría ser un desaire para mi era un lindo gesto, quizá el querría conservar el bizcocho con forma de serpiente, era un amante desmedido de aquellos reptiles, fuera de que fuera el animal... y era justamente previendo aquello elabore la serpiente de un material mágico comestible pero que podía durar una eternidad en caso de que no se decidiese a comerse, la base en donde estaba posado el reptil era del bizcocho usual y ella si podríamos comerla, pero quizás luego, acabábamos de cenar y sinceramente no tenia apetito para comer nada más. Sonreí ampliamente, deje el pastel sobre la mesa y mire hacia el horizonte, a juzgar por el aspecto poco luminoso era casi seguro que no faltaba mucho para que amaneciera y si nos pillaba la luz habría una sorpresa que no podría mostrarle.

-Lo sabia mi amor, puedes guardar la serpiente por el tiempo que quieras, la base podremos comerla pero luego por que aun faltan...- Hago memoria moviendo los dedos y le sonrio -Tres cositas que quiero que veas-dicho ello mis dedos nuevamente se entrelazan con los de el y me levanto de mi asiento dándole a entender que el también debe levantarse, luego miro mis zapatos pensando que ni en broma podría caminar con ellos a través de la arena por lo que los hice desaparecer para que reaparecieran en mis manos y así poder caminar por la orilla de la playa sin ningún problema.

Ya preparada comienzo a caminar hacia la orilla, pero esta vez, en vez de llevar mi mano posada en la de el y en consideración de que la ternura y el amor me invaden por completa me abrazo de el continuando así nuestro caminar por la larga e iluminada orilla marina.

Ingenioso... Realmente ingenioso... No se podía decir que Pansy no fuese previsora ni que no lo conociese.. La serpiente podía guardarse todo el tiempo que quisiera mientras la base era de bizcocho común... Sonrió ante esta previsión de ella, sin duda se imaginaba que al ver una serpiente tan perfecta, no querría comerla, ni aún en forma de pastel.
- Vaya, mi amor... Has llegado a conocerme más ampliamente que nadie...- dijo sonriéndole radiante. Cuando mencionó que aún faltaban tres cosas que tenía que mostrarle, arqueó una ceja con cierta sorpresa. Pansy se había pasado en verdad... Se las había ingeniado demasiado bien y estaba haciéndole pasar a Blaise el cumpleaños más feliz de toda su vida. La tomó de la mano, aún mirándola con cierta curiosidad y entrelazó sus dedos con los de ella, se incorporó de la silla y comenzó a caminar a su lado por la costa... El sonido de las olas, la suave brisa marina, todo era tan... relajante. Y parecía que estaba clareando, ¿tanto tiempo había pasado? Suspiró y sonrió de costado... Le iba a revelar algo a Pansy... Algo que le había costado años de estudio, de esfuerzo, de investigación, de prueba y error y que había conseguido muy recientemente. Le dijo:
- Amor, antes de que me muestres nada... Quiero mostrarte yo a ti una cosita ¿sí? Veas lo que veas no te asustes que no te haré daño... - se detuvo en el camino que recorrían, haciendo que ella también se detuviera y la miró. Cerró los ojos y comenzó a concentrarse fuertemente, se concentró en la forma que quería tomar, lucho por sentirse en ese cuerpo en el cual deseaba transfigurar el suyo propio... Y lo logró...

En cuestión de instantes, Blaise había dejado de tener forma humana, ahora en lugar de ella, estaba la forma de una larga serpiente anaconda de unos siete metros de largo, escamas verde oscuro con manchas ovales negras a lo largo de todo el lomo, un cuerpo sumamente musculoso y grueso y con una cabeza que a primera vista podría parecer normal, pero como todo ejemplar de esa raza, con la capacidad de desencajar su mandíbula y hacer que presas del tamaño de un humano adulto puedan ser engullidas con facilidad. El chico, ahora en forma de serpiente, abrió su boca revelando cuatro hileras de dientes afiladísimos, que si bien no poseían veneno podían mutilar y desgarrar con suma facilidad. Cerró la boca y luego reptó hacia Pansy para refregar su cabeza cariñosamente contra las piernas de ella.

Mientras caminábamos me quede centrada observando el paisaje, el cielo era sorprendente y aunque fuese solo algo no natural, sin duda seria hermoso compartir aquel amanecer con Blaise, bueno, digamos “amanecer” por qué a decir verdad no habíamos pasado mas de una hora en el salón, todo estaba preparado para ocurrir en unas tres horas para que luego pudiéramos descansar recuperando fuerzas y que al otro día no anduviéramos como muertos vivientes… O al menos que por ser tan pestañita mínimo necesitaba unas 10 horas para dormir, aunque podría andar con unas horas menos.

La brisa, el sonido de las olas, wow… de verdad era muy relajante y me daba ese espacio de pensar en él, en mí… Vale, en nosotros pero sus palabras me llevaron de vuelta al lugar y francamente me asustaron mucho – No, espérate… ¿Cómo que no me harás daño? – pero antes de que pudiera siquiera terminar de preguntar pude notar como su cuerpo cambiaba, su piel se tornaba de un color muy extraño, sus ojos, su piel, por Merlín todo fue tan rápido que al verlo transformado en una serpiente de tamañas proporciones no pude hacer mas que pegar un grito y retroceder un par de pasos mientras me tapaba la boca con mis manos, sin duda esa expresión de miedo, nervios y sorpresa hacia que mi rostro se viera algo mas extraño que de costumbre, y era que le tuviese miedo a las serpientes era que siempre me habían provocado esa sensación extraña bajo la piel.

Me quede unos momentos estática y luego pensé “De que te sorprendes, lees la mente de otras personas y te impresiona ver a un humano transformarse, por Merlín Pansy… Mundo mágico que dice algo”, y en cierto modo era así, digo, había visto a una persona morir solo a causa de un destello verde, pero lo sorprendente del caso en realidad era ver como su cuerpo se transformaba de tal forma que perdía todo rasgo humano, un espectáculo sin duda extraño y asombroso, finalmente me acerque muy lentamente y lo observe con gran detenimiento, luego me agache sin llegar a tocar la arena con mi vestido y mirándolo bien cerca agregue -¿De verdad eres tú?... Por Merlín, es asombroso-

El chico, ahora devenido en serpiente pero con sus plenas facultades mentales aún intactas (exceptuando la capacidad de habla que había sido reemplazada por meros siseos y silbidos) pareció divertido ante la actitud de Pansy. Sin duda la había sorprendido, y no le parecía extraño haberlo hecho, después de todo, ver a un animago no era algo común y corriente que apareciese todos los días ante la vista de una persona.
En verdad habían sido años enteros de investigación y de muchísimo trabajo y sacrificio, sin embargo el enorme talento mágico de Blaise, su maestría con los hechizos en general y su gran voluntad, lograron lo que en un momento le pareció imposible, y consiguió superar a su molesto primo, un Ravenclaw talentoso para las Transformaciones que buscaba ser animago... Pues bien, él, Blaise, lo había logrado antes y eso lo ponía orgulloso de sí mismo, tal vez demasiado.
Ante la pregunta de ella, el chico movió su cabeza de reptil de arriba abajo en señal de afirmación y refregó un poco más cariñosamente dicha cabeza contra las piernas de ella. Comenzó a enroscarse en torno a su novia hasta que su rostro de ofidio quedó a la altura de la cara de ella. La miró profundamente a los ojos y a continuación, volvió a refregar su cabeza, con sumo cariño y ternura, pero ahora contra la mejilla derecha de ella.

Era extraño, muy extraño aun para mi que había visto y sentido cosas que jamás nadie las hubiera siquiera imaginado… Ver a mi novio convertido en una serpiente era algo inexplicable y aun cuando los minutos pasaran libremente y sin retraso no lograba acostumbrarme a verlo en tal forma. Me quede estática en mi posición mirándolo atentamente, poco sabia de los animagos y esa clase de cosas, y por ello no estaba segura de si el seguía controlándose o me atacaría al menor movimiento como las serpientes reales pero antes de poder actuar o tan siquiera hacer otra pregunta sus movimientos me dieron a entender que si, que el seguía allí y que además me entendía, algo muy extraño sin duda.

Me levante para avanzar un poco pero el nuevo cuerpo de Blaise me lo impidió, su cabeza acaricio mi pierna y aquello me causo una extraña sensación, mezcla de nervios, algo de susto y por difícil o loco que pueda parecer un poco de tranquilidad… Por Merlín, sentir como el subía por mi cuerpo hizo que me tensara notoriamente y que mi piel se erizara levemente, la sensación era inigualable, nueva y muy… especial, y ella se hizo aun mejor al ver sus ojos amarillentos frente a los mios, transmitiéndome esa serenidad, esa paz que solo él lograba darme me tranquilizo mucho, le sonreí y con el enrollado en mi cuerpo continúe caminando por la orilla de la playa, dejando mis zapatos atrás y sin preocuparme de nada, mi vestido se arrastraba por la orilla mojándose con el agua.

Camine por largos minutos tratando de convencerme a mi misma de que realmente Blaise estaba enrollado a mi cuerpo, era la primera vez que podía sostenerlo sobre mi cuerpo… Bueno, estando de pie. Al avanzar unos cuantos metros llegamos a una pequeña pérgola que estaba posada sobre aquel mar que contenía unas pequeñas luces azules –Llegamos mi amor- susurro mientras camino hasta el borde de un fino puente de madera color avellana. Al llegar al comienzo del puente suspiro profundamente y continuo caminando por el hasta llegar al centro de la pérgola que estaba provista de unos mullidos sillones que rodeaban todo el lugar, muchas velas de color blanco y en el medio yacía una pequeña mesa con un paquete encima, un paquete envuelto con papel de regalo color plata y una gran cinta color verde Slytherin.

Regalo:

El joven se mantuvo en su forma de serpiente, enrollado sobre el cuerpo de su novia. Era una sensación extraña... Por un lado aún no se acostumbraba del todo a esa forma animal. Si bien había conseguido ser animago, adaptarse a la forma era algo que llevaba tiempo, pero solo era cuestión de días a que se acostumbrase a ella. Por el otro era raro que fuese Pansy quien ahora, en cierta manera lo "cargase" cuando las cosas eran habitualmente distintas. De cualquier manera, en ambas situaciones se estaba sintiendo muy cómodo.
En un momento llegaron al medio de una pérgola, lleno de mullidos sillones y de velas blancas, a la vez que con una mesa que tenía sobre si un curioso paquete. Sin duda el regalo de cumpleaños de su novia para él... Ya estaba ansioso por saber de que se trataba. Je, papel de regalo plateado y cintas verdes... ¿Porque no le sorprendía?
Con delicadeza, se desenrolló del cuerpo de ella, cayendo al suelo y allí recuperó su forma humana nuevamente. aunque sus ojos, nuevamente de forma humana y con pupilas de humano, presentaban el mismo color amarillo que en su forma de serpiente. Un error que se corregía al cabo de una hora. La observó con aquella nueva coloración en sus iris y le dijo:
- Un efecto secundario... Pequeño error que no puedo dominar, se corrige al cabo de un rato, amor. Me da curiosidad el regalo...
Rió ligeramente y se acercó a la caja, desató la cinta y la abrió... Lo que vio lo dejó sorprendido, gratamente sorprendido... ¡Una serpiente! Su animal favorito, su mascota ideal... Se quedó sin habla por unos instantes mientras sentía como una gran alegría le embargaba el cuerpo. Fascinado tomó la serpiente cuidadosamente entre sus manos, la misma parecía algo desconfiada, pero, eventualmente, aceptó el gesto de Blaise y se enroscó alrededor de uno de los brazos del joven.
El joven examinó concienzudamente al ejemplar... Era muy bonito, unas hermosas escamas blancas, unos bellos ojos negros y unas marquitas rojas en el hocico y comprobó que era un especimen hembra.
- Es una hembra...- dijo mirando a la serpiente, embobado - La llamaré...- se quedó pensativo unos segundos y le dijo: - Ophelia...- al oír el nombre el ofidio acercó su rostro al de el y refregó un poco su cabeza contra las mejillas, riendo le dijo: - Vaya, parece que le agrado...
Dicho esto se acercó a Pansy, antes devolviendo al animal a la caja y le dio un beso en la boca muy intenso y dulce a su novia abrazándola fuerte, con una sonrisa le dijo:
- Muchas gracias amor, el regalo es hermoso... Me encantan las serpientes y siempre quise tener una de mascota... Todo lo que me prepraraste para hoy fue maravilloso y sorprendente.

Y aun no dejaba de ser sorprendente la transformación y para ser sincera sentía que aunque lo viese transformarse mil veces mas no me acostumbraría a verlo así… Ya fuese en un sentido o en el otro, seguía siendo igual de sorprendente, sin duda mi rostro reflejaba sorpresa, nuevamente, pero no era algo que yo pudiese controlar a mi gusto así que o Blaise se acostumbraba a verme con cara de idiota o se transformaba donde yo no pudiese verlo.

Una vez que la serpiente volvió a ser mi amado Blaise me acerque a el impulsada por sus palabras… Realmente sus ojos eran amarillos iguales a los de una serpiente, sonreí ampliamente y acaricie su mejilla mientras mi mirar se clavaba en sus hermosos ojos de serpiente –Me encantan- dije mientras me apartaba y sonreía ante su siguiente comentario, Blaise siempre había sido algo curioso, pero siendo franca no pensé que a tal punto, con una señal de mi mano le di a entender que era todo suyo, mientras que yo me sentaba en uno de los sillones y solo lo observaba en silencio, sabia que le encantaría su regalo y quería ver cada gesto de su hermoso rostro.

Pasaron unos minutos y al fin el rostro de Blaise cambio, en el se reflejaba una gran sorpresa y cierta cuota de felicidad, quizás no se lo esperaba que su regalo fuese aquel animal que tanto amaba, no lo se… Pero me alegraba el hecho de que el obsequio fuera de su completo agrado, ¿Quién lo viera?, realmente parecía un niño con un juguete nuevo y me encantaba verlo así, relajado, según podía ver en este momento nada le importaba, solo el y su serpiente. –Me agrada el nombre amor… es muy… original- Sonrei al escuchar aquel nombre que se me hacia particularmente conocido aunque no quise referirme a ello y solo me quede observándolo.

-Me alegra que te haya gustado mi amor… Quería que fuera especial y al parecer lo conseguí- dije luego de recibir su intenso beso y aquel abrazo que me hacia sentir muy especial. Lo observe un momento y luego lleve mi mirar al horizonte, el amanecer ya llegaba y nuestro tiempo se había agotado… Sonrei y volvi a abrazarlo -¿Vamos mi cielo?- Dije para luego desaparecer de la habitación con el entre mis brazos.