¿Otra pelea? Que novedad... [Blaise] {+18}

Recuerdo del primer mensaje :

Los eventos ocurridos en las pasadas semanas no habían sido del todo los mejores, a decir verdad eran por mucho los peores que había vivido en toda mi vida, tomando en cuenta mi “trabajo” como mortifaga, tener que mantener mis calificaciones y tener que lidiar con mi madre mas de cuatro veces al día, sabia lidiar con días largos y difíciles, pero el día de hoy había sido particularmente distinto.

Hacia pocos días que me había entregado abiertamente a la idea de que estaba enamorada de Blaise, es verdad, era un sentimiento que estaba comenzando a conocer y al que debía acostumbrarme, no por ser un mal sentimiento, sino por que debía acostumbrarme a que mi corazón se acelerara cada vez que el me besaba o aguantar las miles de mariposas que se paseaban dentro de mi vientre cada vez que el estaba a pocos pasos de mi. He de admitir que me era difícil, aunque estaba poniendo todo de mi parte para que ello funcionara y hasta el día de hoy todo salía a pedir de boca, Blaise y yo casi no peleábamos, cosa que nos había servido mucho… Pero no contaba con que habría personas que tratarían de derrumbar lo poco que habíamos construido juntos.

Estos días había visto a Blaise hablar constantemente con Krista, una Ravenclaw que hacia que mi celopata interna tomara el control de mi cuerpo y quisiera arrancarle los ojos, pero realmente no quería comenzar una pelea por nada, así que prefería solo irme del lugar a hacer lo que tuviera que hacer. Pero hoy las cosas habian llegado a su punto máximo y no había sido yo la culpable. Terminada la clase de DCAO, como siempre, salí del salón y dispuse a volver a las mazmorras pero antes de poder avanzar siquiera unos pasos Krista me empujo hasta uno de los pasillos por el que no circulaba nadie. Su actuar me sorprendió por era una prueba para ver si era capaz de controlar mi ira, y fallé. Poco recuerdo de lo que murmuro y de lo que paso en general, aunque una frase permanece inquebrantable en mi mente “Tu novio te engaña conmigo”, ello fue suficiente para hacer explotar la bomba que tenia en mi interior, mi mente se bloqueo por un momento y volvió en una extraña escena, Krista y yo estábamos en la enfermería… Yo tenia algunos cortes en las manos y algunas magulladuras en el rostro, al parecer a mi contrincante le había ido peor, mi cabeza parecía que iba a explotar y aparentemente la enfermera aun se ocupada de Krista por lo que tome mis cosas y me marche a las mazmorras queriendo evitar el tener que dar explicaciones.

Al arribar a la sala común me dirigí a nuestra habitación, golpee la puerta para cerrarla y me senté en el borde de la cama por unos segundos pero la ira contenida aun dentro de mi me impedía estar tranquila en un solo lugar, empuñe mis manos enterrando mis uñas en mis palmas y me levante para caminar por la habitación, no podía creer lo que había pasado, camine hasta el espejo y note un raspón en todo mi pómulo derecho “Esto dejara marca… La matare… Los matare” pensé mientras pensaba como disimular la herida.

¡Por fin! Por fin la muchacha había cedido a sus estímulos del todo, aquel gemido intenso que ella no trató de reprimir, sino más bien todo lo contrario se lo indicaba. Una sonrisa maliciosa y orgullosa se dibujó en los labios del joven Zabini, siguió penetrándola de esa manera tan ardua, con esa perfecta combinación de suavidad y pasión.
- Vaya... Veo que has cedido...- dijo Blaise entre gemidos placenteros mientras seguía penetrándola - ¿Ves como todo es más fácil así?

Dicho esto comenzó a besarla apasionadamente, desfogándose lo máximo posible en el beso, continuó penetrándola de manera mixta entre suavidad y ardor, pero de a poco, muy gradualmente para que el cambio no fuera demasiado brusco, fue abandonando la suavidad, el ritmo comenzó a ser más fuerte, más intenso, sus caderas comenzaron a moverse violentamente de atrás hacia adelante y su miembro comenzó a entrar y salir de ella con mayor vigor, aunque abandonando gradualmente y no de repente la suavidad, aún seguía teniendo un toque suave, pero la penetración ya era claramente más pasional, como poniendo el énfasis en hacerle sentir quien dominaba. La sensación que lo dominaba en ese momento era sencillamente inexplicable, era... ¿poderío? Si, podía definirse así, y estaba muy consciente de que en circunstancias normales tendría vergüenza de sí mismo, pero ahora, dominado por la lascivia como estaba, se encontraba muy, muy lejos del concepto de vergüenza la verdad y de cualquier cosa que no fuera satisfacer sus perversos y concupiscentes deseos.