Ejercicio a la orilla [Pansy] +18

Era una templada mañana de septiembre. Si, los primeros días de ese mes luego de comenzar un nuevo año en Hogwarts, un año tal vez decisivo dado que sería el último que pasaría allí... El clima estaba caluroso y, a pesar de que ese mes ya sería la bienvenida al ventoso otoño aún quedaban algunas reminiscencias del caluroso verano, de hecho, ese día en particular hacía bastante calor a pesar de que en ese mismo momento era de mañana.
Blaise se encontraba caminando por el borde del Lago, se había despertado bastante temprano y había abandonado la habitación y la sala común en silencio, prácticamente ninguno de sus compañeros se había levantado, pero eso no tenía ninguna importancia para él, igual le daba si lo hacían como si no, nunca había necesitado demasiado de los demás para estar feliz y pleno. Bueno, si, en ocasiones de Pansy, pero esa era otra historia.
Salió del castillo luego de tomar un frugal desayuno consistente de unos cereales y un vaso de jugo de calabaza fresco y salió a los Terrenos, allí enfiló decididamente hacia el Lago, su lugar favorito en esa zona de Hogwarts, tenía ganas de hacer ejercicio, los partidos de Quidditch se vendrían encima en pocas semanas y no tenía que dormirse en los laureles, ya practicaría ese deporte para estar listo, pero antes tenía que ejercitar su cuerpo para, de igual forma, estar listo para cuando tuviese las prácticas.
Al llegar a la orilla aspiró un poco de aquel cálido y puro viento veraniego que recorría la zona, para luego internarse en un bosquecillo de pinos que crecía no muy lejos del cuerpo de agua.
Una vez allí, se deshizo de su túnica de Slytherin quedando en una camiseta verde oscura sin mangas, un poco ajustada al cuerpo y trocó con magia los jeans por unos pantalones algo más adecuados para la gimnasia.
Comenzó por hacer abdominales... Estuvo largo rato ejercitándose de esa forma, para luego pasar a hacer otras cosas. Hizo lagartijas poniéndose boca abajo, trotó un poco por la espesura, aplicó magia sobre unas rocas para hacerlas más pesadas, tomarlas y con ellas ejercitar sus bíceps e hizo todo tipo de otros ejercicios físicos, para al fin, luego de bastante rato de andar haciendo esas cosas, terminar recostado sobre el suelo. Su cuerpo estaba lleno de sudor, con la tela de la camiseta húmeda y pegada a su torso y sus cabellos en el mismo estado y pegados a su frente. Suspiró, con algo de cansancio y se estiró en la tierra. En ese bosque tendría algo de privacidad... O al menos eso pensaba hasta que oyó un sospechoso ruido entre el follaje que lo puso alerta ¿Alguien lo habría estado observando?

Los calidos y soleados días de verano ya llegaban a su fin, sorprendentemente aun avanzados unos días de Septiembre podía sentirse la templada y suave brisa, la cual inevitablemente nos recordaba que pasaríamos una larga temporada escondidos bajo bufandas y guantes. Esos últimos días eran mis favoritos dentro del año pues no eran tan calurosos como para andar bañado en sudor todo el día ni tan fríos para tener que salir con mas de una capa.

Era temprano, últimamente no había podido dormir mas allá de las 6.00 am quizás por el hecho de que mi mente estaba en constante trabajo tratando de descifrar lo indescifrable, haciendo planes de “estudios”, preocupada por la temporada de Quidditch y el ser prefecta de Slytherin aumentaban considerablemente la maraña de ideas que tenía en la cabeza. Sin duda estaba abarcando demasiado tanto dentro como fuera del colegio, si, fuera del colegio tenia que desenvolverme como la mortifaga más “sobresaliente” y sumado a todo esto además trataba de llevar mi relación con Blaise lo mas pacifica posible, y al parecer eso era lo que mas tiempo consumía en mi mente, lo que había comenzado como una simple venganza se había convertido en un sentimiento casi puro y muy intenso.

Al despertar mire a mi alrededor, casi podía extrañar ver a las chicas durmiendo, todas tan serenas y molestables, y ojo que no me estoy quejando de que ahora, gracias a la nueva ley del director, las parejas duerman juntas, es solo que luego de ello la pandilla femenina se había dispersado. Me senté un momento en la orilla de la cama y pude ver como Blaise aun dormía, sigilosamente cambie mi pijama por un jeans celeste desteñido, una chaqueta verde Slytherin y unas zapatillas pues no me apetecía andar con tacones, tome mi capa negra y salí de la habitación.

Pase por el comedor pero realmente no tenia ganas de comer, así que continúe mi camino hacia el lago negro ¿Por qué? Simple, a esas horas de la mañana no habría un alma en el lugar, podría ver el amanecer y tener la compañía del silencio que tanta falta me hacia por estos días. Al arribar me eleve con un simple hechizo de levitación y me senté en las ramas de uno de los árboles que allí se mecían.

El tiempo transcurrió rápido, dos quizás tres horas había pasado ya y yo tenía bastante avanzado todos mis pendientes. Me disponía a bajar del árbol cuando el rubio cabello de una musculosa figura llamo mi atención, como de costumbre Blaise se había levantado temprano y al fin podía ver de cerca a que se dedicaba. Guarde mis cosas en un pequeño monedero hechizado y lo guarde en mi bolsillo, luego me dispuse a observar atentamente lo que el atleta se disponía a hacer.

Era impresionante e algún modo ver a un hombre ejercitarse de esa manera, con el contrahechizo descendí lentamente y camine hasta estar a unos pasos de el.

-Podría apostar que ni siquiera que has dado cuenta que no estaba en la cama cuando te levantaste cariño- dije con mi usual tono irónico y sin intensidad.

El chico siguió en alerta hasta que vio a Pansy bajar de una de los árboles ¿Así que había sido ella? Cuando le habló y dijo aquello intentó hacer memoria... Mmmm... Si, muy cierto. Prácticamente no se había fijado si ella estaba en el lecho o no. Simplemente lo había hecho por descuidado, honestamente no ponía atención a demasiados detalles cuando recién se despertaba, pero si ella no estaba en la cama cuando él despertó y si parecía tan campante arriba de aquel árbol al bajar ¿Entonces había visto desde el comienzo sus ejercicios? Por alguna razón la idea lo hizo sonrojar un poco, que él recordara, la chica nunca lo había visto haciendo eso, pero además ¿Porqué demonios se sonrojaba? Ella era su novia ¿no? No tenía porque sentir ninguna vergüenza con referencia a ello. Con una sonrisa de costado, algo sarcástica como las que continuamente solía esbozar para casi todo mundo dijo en tono irónico:
- No, no para nada ¿Cómo no darme cuenta? Si yo cuando apenas me despierto tengo plena lucidez y puedo esquivar hasta cuatro Maldiciones Asesinas juntas.
Dicho esto soltó una risa suave, pero no pudo evitar que su fachada de cinismo se quebrara un poco, para dar paso a una mirada que no podía sino destilar unos destellos de cariño para con la chica que tenía frente a él. En verdad la quería sin importar cuantas discusiones diarias tuvieran. Rodeó su cuello con sus brazos y le besó suavemente los labios para luego alejarse un poco de ella y decirle:
- Mis disculpas si mi estado te incomoda un poco...- haciendo referencia al sudor que lo cubría prácticamente todo y que hacía que su camiseta se pegase y transparentase un poco - Comprendo que no debo oler a esencia de fresias ¿Estuviste viéndome desde allí arriba todo este rato? - preguntó curioso, aunque ya se imaginaba bastante bien la respuesta por algún motivo.

¿Algo extraño estaba pasando en mi mente? Si, pero no podría describirlo con lujo y detalle, solo podía decir que por anti-Pansy que sonara, este ultimo tiempo mi sarcasmo, frialdad y todo aquello que me había identificado por años se veía debilitado cada día ante las acciones tan inesperadas que Blaise tenia para conmigo, bueno, solo Merlín sabia que pasaba en mi cabeza en estos momentos por que yo no podía expresar con claridad lo que pasaba allí dentro.

-Claro, tus habilidades motrices al levantarte son envidiable- comente respondiendo a su ironía, entre serpientes la simpatía no se nos daba demasiado bien.

Observe su suave sonrisa y casi sin querer me di cuenta del cambio en su mirada, suspire hondamente y por un momento voltee mi rostro para ver los pequeños destellos del sol en las aguas del lago. El pensar que Zabini y yo realmente estábamos sintiendo sentimientos recíprocos el uno por el otro era algo… ¿Inevitable?, si, habíamos compartido muchas cosas. El sentimiento que me recorría era algo no nuevo pero si muy complicado y me avergonzaba un poco, pero que demonios, se suponía que desde que nos habíamos hecho novios debíamos compartir todo y no teníamos por que ocultar nada.

Al sentir los brazos de Blaise rodeando mi cuello volví a mirarlo, encontrando mi mirada con la suya, me abrace de su cintura y respondió su suave beso, luego al sentir que el se alejaba entrelace mis manos detrás de mi espalda y lo observe nuevamente, el verle con la ropa tan ajustada a su cuerpo me recordaba que del tiempo que llevábamos saliendo y auque dormíamos juntos aun no habíamos tenido nuestra primera experiencia sexual juntos, pues claramente Blaise ya había tenido sexo con alguna de las chicas de Sly, y yo bueno, mi historia era similar.

-No, no me incomoda… extrañamente, aunque he de admitir que jamás te había visto así - dije mientras lo miraba de medio lado.

-¿Y quien huele a fresas en este tiempo?, Y si, estoy aquí mas o menos desde las 6.30 de la mañana y tu me desconcentraste con tus ejercicios… Fue una peculiar desconcentración- respondí tratando de que se escuchase lo mas desinteresadamente posible.

Sonreí y camine hasta la orilla del lago mientras me cruzaba de brazos. La paz del lugar, la sutil y calida brisa hacia que el agua del lago se moviera lentamente desprendiendo pequeños destellos de luz.

-¿Te molesta que te haya estado vigilando?- pregunte retomando el frio de mi voz, dando la espalda a Blaise.

¿Cómo había llegado a ese punto? El joven Zabini siempre había creído ser uno de aquellos que ninguna mujer lo "cazaría" por así decirlo... Uno de aquellos que jamás consideraba, como una perspectiva seria, enamorarse verdaderamente o sentir alguien fuerte por alguien que no sea él mismo. Por desgracia (o tal vez fortuna) para él, Parkinson hacía que toda esa teoría y esos pensamientos se fueran al mismísimo diablo. Cuando la chica habló de la "peculiar desconcentración" Blaise no pudo sino lanzar una pequeña risa algo sarcástica. No porque encontrara algo malo en el comentario de la chica, sino porque, por alguna razón, parecía darse cuenta de los esfuerzos que hacía ella por parecer desinteresada al decir eso.
La siguió cuando salió del bosquecillo para sentarse a la orilla del Lago y cuando la chica le hizo esa pregunta en ese tono de voz tan frío, el joven frunció el entrecejo... No, no tenía que dejarse llevar, no quería ponerse a discutir nuevamente con su novia, ya tenía demasiado con absolutamente todas las discusiones que tenía con ella. En ocasiones, cualquiera que pasara más de unas horas con ellos se daría cuenta que gran parte de ese tiempo se la pasaban discutiendo. Es que, había que admitirlo, los dos eran un par de orgullosos que no daban el brazo a torcer. Pero Blaise evitó entrar en conflicto con su novia y optó por una solución mucho más lógica y pacífica.
Se acercó a ella y se sentó a su lado a la orilla del Lago, mirando las hermosas aguas que parecían destellar por el brillo que le confería la luz solar. Con tranquilidad argumentó:
- No puedo estar molesto por algo que tú misma admitiste que no era así... Así es, tu misma dijiste que nunca me habías visto así y yo siempre me ejercito en este lugar. Te levantaste antes que yo y, por ende, deduzco que ya estabas aquí cuando yo llegué incluso sin saber que iba a venir a este lugar. Por ende no creo que eso cuente como vigilancia así que no, en resumidas cuentas, no me molestó que estuvieses aquí, tranquila.
Dicho esto se recostó en la orilla, casi como lo había hecho en el bosquecillo y miró a la joven. No, definitivamente no tenía ganas de discutirle nada, ni de pelearle. Quería otra cosa, quería estar tranquilo con ella, puede que incluso conocerla un poco más ya que, a pesar de su noviazgo, pocas eran las charlas pacíficas que habían tenido durante el mismo, la mayoría de sus charlas siempre eran discusiones belicosas. Tomó a la joven de la cintura cuando ella estaba distraída mirando al agua y la atrajo hacia él para que quedara encima de su cuerpo, le besó nuevamente y le mordió el labio inferior para sonreírle y decir:
- No tengo nada de lo que quejarme, descuida... Simplemente quiero saber que te pareció lo que viste, más allá de haber sido una "peculiar desconcentración".

Debía admitir que pasar más de 10 minutos junto a Blaise sin pelear era algo a lo que me podría acostumbrar. Al parecer el era un muchacho mucho mas tierno de lo que cualquiera pensaría, pero no podía juzgarle o llegar a sorprenderme pues todos en Slytherin ocultaban gran parte de lo que eran, en mi caso no había mucho que ocultar, siempre había sido de la misma manera y hasta el momento solo una chico había logrado despertar un lado mas cariñoso y un tanto mas humano pero el contacto con Blaise era distinto… El era distinto… Quizás se podría llegar a pensar que lo que nos unía eran nuestras constantes y absurdas peleas pues parecía que ellas le daban otro sabor a los detalles que tanto Blaise como yo teníamos a la hora de tragarnos el orgullo y pedir disculpas.

-Usualmente no vigilo a las personas, lo que hagan con sus vidas no es algo que me importe y siendo completamente franca a estas alturas ni con mi propia vida puedo, pero si hoy debía vigilar a alguien me alegra hayas sido tu, de lo contrario tendría que estar buscando una tumba en estos momentos- Agregue despreocupadamente, como quien habla con un amigo de toda la vida.

Senti el leve crujido de hojas secas, ramas y quien sabe cuantas cosas al tiempo que Blaise se recostaba allí. Quise mirarle pero sabia que si lo hacia terminaría preguntando algo como ¿Qué extraño que Weasley no este cerca? O ¿Por casualidad habéis visto a Emma esta mañana?... Cualquier idiotez que diera paso a una nueva discusión sin sentido y sin argumentos pero inexplicablemente hoy no tenia ánimos de pelear con el.

Me quede en silencio un momento y justo cuando comentaría solo Merlín sabe que sentí que una fuerza externa me alaba hacia donde estaba el, claro, su brazo se había aprovechado de mi perplejidad momentánea y me había dejado sobre Blaise, su beso me sorprendió pero no pude mas que continuarlo y sonreír levemente.


-Pues, me pareció…- me quede en silencio un momento pues no sabia como responder a esa pregunta. Si, me había parecido muy sexy verle hacer todos esos movimientos y el escuchar los leves gemidos producidos por la fuerza que impregnaba en cada ejercicio, pero ¿como podía expresar aquello sin que pareciera que me estaba insinuando? – Me pareció que estas muy dedicado a tu cuerpo y me ha gustado mucho ver como te mantienes en forma- respondí finalmente mientras acariciaba su mejilla con mi dedo pulgar.

Si, sin duda a Blaise seguía pareciéndole extraño ¿Cómo es que había llegado a perderse de tal manera en los ojos de Parkinson? No lo sabía, y tampoco le era fácil admitir que le encantaban. Era ese orgullo que siempre traía a flor de piel lo que le impedía admitir eso a viva voz. Sin embargo, dirigió una sonrisa de lado que, lejos de ser una de esas irónicas o sarcásticas que solía esbozar, era sumamente sincera.
Rió ligeramente al escuchar las palabras de Pansy con referencia a lo que le había parecido lo que vio... Eran buenos argumentos y una buena forma para evitar decirlo de otra manera que podría haber resultado más... "insinuante". Sí, debía admitir que la chica era astuta, quizá esa era una de las razones que más poderosamente le llamó la atención a Blaise. Él no se liaba con cualquier muchacha salida de la nada, tenían que ser elegantes, puras, astutas, cualidades que Parkinson cumplía y con creces. Le dijo en su tono tranquilo usual.
- Ah, podrás ver como me mantengo en forma cuando quieras... - le guiñó un ojo con picardía para luego agregar: - Pero si, me gusta dedicarle algo de tiempo a mi cuerpo. El Quidditch lo requiere y no solo eso, tengo que estar presentable para ti. No me gustaría terminar teniendo una apariencia que no te atraiga.

La tomó de la cintura y haciendo un movimiento, ambos rodaron por la orilla hasta que quedaron en la posición exactamente invertida, él sobre ella. Haciendo uso de una arrogancia que siempre tenía, pero ahora más bien para bromear que para decir algo en serio, le dijo:
- Aunque francamente dudo de que pueda llegar a tener una apariencia que no te atraiga. - rió ligeramente y volvió a besarla, ésta vez con algo más de énfasis y de intensidad. Suspiró mientras le mordisqueaba el mentón con suavidad. Se sentía extrañamente feliz. Porque bueno, después de todo, estar con ella sin discutir no parecía tan utópico, aparentemente era algo posible. Ambos tenían que poner de su parte para lograrlo, eso era más que seguro. Comentó mienras la observaba a los ojos, perdiéndose nuevamente en ellos: - Es bonito estar al menos un rato sin discutir ¿verdad? ¿Quién lo diría no? - pasó un dedo por el mentón de ella y la besó con cariño en los labios para susurrarle: - Si nos empeñamos podemos llevarnos bien...

Sonreí ampliamente al escuchar su comentario… ¿Blaise Zabini tenia que estar presentable para mi? Si necesitaba una señal ya la había conseguido y según sus propias palabras esto iba enserio, digo, cuando Blaise se había preocupado por lo que cualquier muchacha pensara de el si teóricamente todas eran para pasar el rato, además su picardía y ese carácter juguetón me hacían sentir que estaba descubriendo lo que esa dura, insensible y sarcástica coraza escondían, es mas, ahora era capaz de decir que sus ojos tenían un algo especial que me hacia querer mirarlos por horas, sin contar el hecho de que Blaise reunia casi todas las características que yo buscaba en un hombre, es educado, elegante, inteligente sin sobresalir y es capaz de lidear con mis inaguantables escenas de celos.

-Eres un idiota, ¿Cómo no me vas a…?- mis palabras se vieron interrumpidas por una rápida maniobra, sin llegar a darme cuenta yacía debajo de Blaise y este volvía a bromear, sonreí ampliamente mirando hacia el cielo para luego respóndele –Pues eso yo lo pondría en duda, supón que por un mal hechizo quedes igual a Potter o a Weasley o a cualquiera de esos perdedores… Te aseguro que no me atraerías- acabada esas palabras sentí nuevamente los labios de Blaise sobre los míos aunque ahora era un beso con mucha mas entrega.

Al separarnos sentí como sus dientes pasaban por mi mentón, cosa que me estremeció notoriamente y me llevo a preguntarme ¿Por qué sera que el y yo estamos así, por que nos llevo tanto tiempo llegar a esto?

-Hmm si es lindo pero, no lo se, tu y yo siempre hemos peleado por una cosa u otra, es lo único que sabemos hacer… Aunque últimamente peleamos hasta por que pasa una pluma entre nosotros- Comente de manera pensativa, si, era la verdad pero quizás y solo quizás si ambos ponemos mucho de nuestra parte podríamos evitar la mitad de nuestros pleitos.

“Si nos empeñamos” aquellas palabras calaron hondo en mi cabeza y todo lo que hasta ese momento tenia en ella pareció desaparecer. Si nos empeñáramos dejaríamos de pelear, si nos empeñáramos comenzaríamos una verdadera relación, pero ¿que tan difícil o que tan fácil seria eso? –Creo que si nos empeñáramos descubriríamos que podemos hacer muchas cosas- Dije casi en un susurro mientras tomaba su rostro entre mis manos y lo besaba con una mezcla de pasión, cariño y algo de locura.

El joven no pudo evitar sentir un escalofrío de asco ante la sugerencia de Pansy de que algún hechizo saliera mal y terminase teniendo la apariencia de Potter o de Weasley... Tenía razón, sin duda no le sería para nada atractiva a ella ni a cualquier Slytherin que se preciase de tal... Él mismo pensaría francamente en el suicidio antes que en tener la apariencia del sucio mestizo o del asqueroso traidor a la sangre.
- Aj, no... Ni yo soportaría verme en el espejo con las imágenes de esos, eso te lo puedo asegurar. Pero yo me refería a una apariencia normal, no a una apariencia de semihumano como lo son esos dos.
Escorias, eso era lo que eran... Sucias escorias que infestaban el castillo. Pero bueno, mejor no ponerse a pensar demasiado en eso porque no quería tirar por la borda el maravilloso momento que estaba pasando con Pansy por culpa de unos estúpidos inferiores como eran esos dos, porque se conocía y sabía que podía seguir despotricando si se centraba mucho en ellos y, en este preciso instante, no quería hacerlo.
Asintió cuando la oyó decir que siempre peleaban, incluso si pasaba una pluma entre ellos, obvio que esa era una exageración, pero no se apartaba demasiado de la realidad entre ambos. Tal vez si dejaran un poco de lado ese orgullo que ambos se llevaban encima. Aunque sería algo muy difícil, ese orgullo era quizá, una de las cosas que más típicamente Slytherin los hacía y Blaise no era tan ingenuo como para pensar que podrían abandonarlo del todo, estaba en su naturaleza... Pero si consiguiesen apartarlo aunque sea un poco, todo podría cambiar y para bien.
- Siempre peleamos por cualquier cosa, querida. Pero creo que podemos intentar, tan solo intentar, dejar un poco de lado nuestro orgullo. No propongo abandonarlo porque sería negar parte de nuestra naturaleza, simplemente no dejar llevarnos por él. Calculo que es eso lo que nos pone mal, es que somos tan parecidos en ese aspecto, que creo que es inevitable que choquemos. Y si nos empeñáramos, si en verdad lo hiciéramos creo que descubriríamos que casi nada es imposible para nosotros.
Dicho esto le correspondió al beso con la misma dosis de pasión y cariño. Múltiples sentimientos fluyeron a través de ese beso de Blaise en dirección a Pansy, y el chico también sabía que fluían sentimientos a la inversa, de ella hacia él y era algo que lo tenía sobremanera contento. Se sentía como si se hubiera tomado una botella entera de esencia de felicidad. Luego de aquel beso único y maravilloso que se extendió por minutos enteros, suspiró y la observó a los ojos atentamente.
- A veces, tantas peleas entre nosotros nos ciegan un poco, y nos impiden conocer en profundidad al otro, y eso no me gusta porque he de admitir que, a pesar de nuestras peleas constantes, a pesar de que podamos tener celos permanentes (vamos, yo no me declararé inocente porque reconozco que en situaciones también soy celoso) he llegado a quererte, Pansy. Eres la única persona en este jodido castillo a la que quiero de verdad.

Sus palabras me hacían sentido pero…¿Qué tanto había que conocer de nosotros?, es decir teóricamente todos nos mostrábamos tal cual éramos y si nos gustaba bien y si no nos gustaba mejor para todos, usualmente en Slytherin los mejores eran aquellos mas fríos, sarcásticos y odiosos pero la teoría de Blaise me hacia pensar que todos de una u otra manera nos estábamos engañando, solo éramos una gran máscara de mentiras.

-Si, tienes razón- respondí simplemente pues no tenia mucho mas que agregar a su comentario, además me había dejado con una gran pregunta en la cabeza ¿Realmente me conocía o solo era lo que se supone debía ser?

Respire hondamente y pose mi vista en una de las nubes, pero las palabras posteriores de Blaise dejaron en blanco mi mente, ¿Habría oído bien o solo era una mala pasada de mi perturbada mente? De los años que conocía a Blaise Zabini no recordaba una sola vez que el hubiese dicho tales palabras y con tal naturalidad, y he de admitir que era extraño pero se sentía de una manera especial, quizás descriptible como una mezcla extrañamente dulce.

Lo mire fijamente sin estar aun muy convencida de ello, es decir mis experiencias “romántico-sociales” no habían sido de las mejores y me daba miedo entregar todo de mi y volver a salir lastimada, además de perder a un gran amigo. Solté un pequeño suspiro y me levante para caminar unos pasos, luego introduje mis manos en mi bolsillo y mire el lago por un momento sin decir absolutamente nada.

Unos minutos después logre expresarme pero sentía que podía notarse el nerviosismo de mi voz –Siento exactamente lo mismo y es muy extraña la sensación que siento dentro, además no puedo evitar pensar ¿Cómo llegamos a esto?, pero no me importa mucho, me gusta-

No sabia bien como tomaría el mis palabras, quizás se molestaría o quizás no.

El chico observó como la muchacha se levantaba y se alejaba unos pocos pasos luego de que él dijo aquellas palabras sobre que en verdad la quería... Y Blaise estaba siendo el cien por cien sincero en lo dicho. No consideraba los rollos de una noche y el sexo por puro placer y nada más como verdadero amor, no. Él sabía discernir entre el amor y eso y sabía que eso no era lo primero. Sabía que tenía que correr mucha agua debajo del puente como para que el sexo por sexo se convirtiera en amor verdadero. Y ¿cómo podía Zabini diferenciar al amor, saber reconocerlo cuando en verdad lo tenía? Muy simple. Si se enrollaba con alguien por una noche nunca más pensaba en la mencionada chica ni se preocupaba por absolutamente nada que le pasase. Por él, luego del sexo la podían tirar bajo un autobús y no le importaría... Muy distinto era cuando las personas si le importaban, de hecho, en líneas generales solo había dos personas que le importaban verdaderamente, las cuales no soportaría ver sufrir por nada del mundo y que calaban en lo más hondo de su corazón cada cosa que les ocurriese: su madre y Pansy.
Y precisamente porque Pansy le importaba y porque la quería, y porque en ese querer la rubricaba como exclusivamente suya y de nadie más, era porque no le agradaba para nada que Malfoy estuviese merodeando cerca de ella, más teniendo en cuenta la antigua relación que tenía con la joven... Pero ante las palabras que ella dijo, sintió que su dura fachada se quebraba un poco e incluso el tema Draco desapareció por un instante de su mente, tan solo concentrado en aquellas dulces palabras que ella acababa de dirigirle. Suspiró largamente a la vez que se incorporaba con agilidad e iba hacia la joven, quedando frente a frente con ella, separados por escasos centímetros uno del otro. Extendió una mano y le acarició gentilmente las mejillas... Uno de los tantos gestos cariñosos que tuvo para con ella en ese día, en contraste de los otros días donde se demostraba bastante más frío y taciturno.
- Es bueno saber que hay reciprocidad... - dijo. Había optado por dejar completamente de lado la paranoia Malfoy y la visible aversión hacia el rubio platinado cuando se trataba de Parkinson. No quería mencionarla, no quería meter la pata y que todo se fuera al diablo por su culpa. - Llegamos de a poco. Llegamos luego de múltiples peleas y tormentas que más que minarnos, sirvieron para afianzar aún más, en nuestros corazones, el afecto enorme por el otro. No me molestan tus sentimientos, por el contrario, me agradan...- dicho esto la besó suavemente en los labios mientras acariciaba con sus manos la cintura de la joven.

Siendo completamente sincera me impresiono mucho el proceder de Blaise puesto que no era el tipo de chicos que siguiera a una chica ¿Cuándo había comenzado a hacerlo?, sin duda en estos días había descubierto mas de el que en los seis años que fuimos solo amigos y compañeros, era ello lo que me desconcertaba de cierto modo y me hacia querer estar con el, experimentar mas allá de la simple amistad que teníamos, pues si bien es cierto éramos novios solo estábamos juntos para que mi persona no cayera junto con el resto de guarras de Riddle. Tal vez era tiempo de dar paso libre a nuestros sentimientos, por que, indudablemente ambos sentíamos algo más que un simple amor de amigos.

Lo mire de frente y por un momento mil pensamientos pasaron por mi mente… Todas aquellas chicas con las que el se había acostado y todas las que lo añoraban como novio, era mucho en que pensar y quise usar la legeremancia para ver que era lo que había dentro de su mente, pero sin algo concreto que buscar no serviría de mucho, además me daría información que quizás no quería conocer y ciertamente me daría una injusta ventaja sobre todo lo que estábamos haciendo y sintiendo, pero en un segundo todos mis pensamientos se esfumaron y me quede inmersa en sus verdosos iris. Cerré mis ojos y recibí su suave beso y logre sentir sus manos en mi cintura, me separe un poco de el y sonreí levemente, luego lleve mis manos hasta su rostro para acariciarlo suavemente y volví a unir mis labios a los de el para besarlo con una mezcla de amor, pasión y entrega.

Por un momento el tiempo pareció detenerse, una cálida y sutil brisa nos envolvió e hizo que las hojas de los árboles se meciesen haciendo que ellas sonaran de una manera particular, un bello sonido sin duda. Sonreí levemente y tentando a mi suerte volví a separarme de el, camine hasta el árbol donde había estado sentada y desde allí lo observe. Quería saber que tanto había cambiado.

En verdad era totalmente extraño lo que le ocurría con Pansy, porque, cualquiera que los viese en el día a día pensarían que, solo estaban juntos para evitar que ella fuese una de las putas del colegio... Lo cual en cierta manera era cierto ya que así habían comenzado su relación, cuando ella terminó la que tenía con Draco debido al compromiso de éste con Astoria. En una demostración única de cierta caballerosidad y compañerismo, Blaise sugirió a la joven Parkinson la idea de comenzar a salir juntos para evitar, cuanto antes, el terrible destino que le esperaba a todas las solteras bajo el régimen de Riddle.
Así había comenzado, sin amor, sin sentimiento, por pura conveniencia si se quiere, por puro gesto amistoso de él y aceptación de ella y nada más...
Pero ahora era raro. Por más fuertes peleas que tuvieran, por más chicas con las que él se acostara durante todo este tiempo, por más sentimientos que ella podía llegar a albergar por Malfoy, el joven Zabini no pudo evitar que su corazón comenzase a guardar más sentimientos que los meramente amistosos por ella.

Cuando Pansy le correspondió el beso, Blaise por poco sentía que el corazón estaba a punto de salírsele del pecho... Una enorme oleada de felicidad lo recorrió de pies a cabeza. Era increíble pero ¡la amaba! ¡En verdad la amaba! ¡Blaise Zabini amaba a alguien que no fuera a sí mismo! Y se sentía raro, pero no era una sensación que le disgustara... Sí, sin duda podía acostumbrarse a eso. Cuando la chica le dio un segundo beso, Blaise se ocupó de correspondérselo con suma avidez y entrega, los labios de Parkinson eran como una droga sumamente adictiva para él, y solo sabía que quería más, más y más de ellos cada vez que los besaba. Sus caricias en las mejillas de él le hicieron estremecer por un momento debido a la intensa alegría que lo recorría.

Una vez más, la joven se apartó de su lado para ir hasta el árbol desde el cual lo había estado observando ejercitándose. El joven no era ningún idiota y ya había visto la cara de extrañez de Pansy cuando se había levantado de la orilla para seguirla y, aparentemente, quería probar si sería capaz de seguirla nuevamente. Ésta actitud, lejos de irritarlo, le sacó una sonrisa. Si ella quería probar cuanto la seguiría, pues lo probaría. En ese momento se sentía capaz de ir hasta el fin del mundo con tal de tenerla cerca así que, sin pensarlo dos veces, se dirigió a donde estaba la muchacha y volvió a tomarla de la cintura con ambas manos, pegándola a su cuerpo, al abrigo de aquel bosquecillo que crecía a orillas del Lago.
- No huyas de tu novio... - dijo riendo mientras le mordía delicadamente el labio inferior.

Me apoye en el tronco del árbol y observe con cuidado cada movimiento de Blaise, casi prediciendo lo que haría y aunque me ponía un poco nerviosa pensar que estaba jugando demasiado con la actitud de el sentía en mi interior que era sincero y que me seguiría pero ¿y si no?, si, como siempre, se aburría y optaba por regresar al castillo o a hacer Merlín sabe que. Pero… Alto un momento, de verdad ¿yo estaba nerviosa por lo que Blaise Zabini hiciera?, de cuando me importaba lo que otro, que no fuera Malfoy, hiciera o dejara de hacer si solo con mis acciones era suficiente, en ese momento caí en cuenta y me conecte, por así decirlo, con mis sentimientos. “Querida Pansy, te tengo una noticia, te has enamorado, pero con todo” me dije esbozando una pequeña sonrisa, y claro, me importaba lo que Blaise hiciera, dijera o sintiera, sin duda en palabras de el, era él la única persona de ese jodido castillo a la que amaba de verdad.

Al verlo acercarse a mi no pude evitar sonreír, y como no si ese chico me hacia sentir una extraña e inusual alegría, la cual mas allá de molestarme o hacerme sentir que no era realmente yo me hacia sentir que estaba descubriendo una nueva faceta.

-Pues si lo dices de ese modo… seguiré alejándome solo para que me sigas- respondí en broma y sonreí.

Sentí sus manos apretando mi cintura, su cálido y musculoso cuerpo pegado al mío y sus húmedos labios mordiendo los propios mi corazón se acelero y un ligero escalofrío recorrió mi cuerpo haciendo que mi piel se erizara. Lentamente lleve mis manos hasta su cuello y atraje su rostro hacia a mi pegando su frente en la mía para mirarlo a los ojos –Te amo, te amo, te amo- dije para luego llevar mis labios a los de el, uniéndolos en un beso lleno de amor, pasión y algo de lujuria, mis dedos acariciaba su cuello y sutilmente subían hasta enredarse con su cabello.

¡Que mezcla de sentimientos tan grande atravesaba el corazón de Blaise! Aunque sin duda, el sentimiento que dominaba toda esa marea, como el director a una orquesta era uno que él ya conocía pero solo hacia sí mismo: el amor. El amor hacia Pansy apareció con una fuerza inimaginable en su corazón y dio paso a una felicidad enorme, pero también a ciertos miedos... Miedo a perderla ante Malfoy, pero fundamentalmente un miedo que nada tenía que ver con el platinado. No era un secreto para Blaise que su novia pertenecía al círculo de Mortífagos con Daphne y él no. Nunca se había interesado por ello, de hecho. Pero ahora, más que interesarse, temía que algo peligroso le pasara a Pansy en medio de una organización como esa. Temía que se expusiese a situaciones que superasen sus fuerzas. Le encantaría protegerla, hacer algo para evitarle cualquier tipo de daño.
Sin embargo la dulce voz de la chica lo sacó de su ensimismamiento temporal, diciéndole que como siguiera así se alejaría nuevamente para que el la siguiera, con una sonrisa le dijo:
- Te seguiría hasta los confines de la Tierra, bombón.


En ese momento fue cuando oyó lo segundo que dijo Pansy... Que lo amaba. Sentía como si se le hiciera un nudo en la garganta. Una cosa era sospecharlo con bastante exactitud, otra, muy distinta, era que ella se lo dijera en mera cara. Era sumamente satisfactorio, no lo podía negar y lograron arrancar en Blaise un gesto que le era muy difícil de que le arrancaran: una sonrisa que no era ni irónica ni sarcástica o cruel, sino que, por el contrario, estaba totalmente llena de una ternura y un cariño inimaginables.
- Yo también te amo mucho... - respondió ante lo que la joven le dijo y luego también correspondió a su beso con mucho amor y ¿para que negarlo? Un toque delicioso de lascivia. Se mordió el labio inferior al observarla. A pesar de dormir a su lado casi todas las noches, Blaise jamás había probado los placeres del lecho con Pansy. Y ese cuerpo incitaba a imaginarse muchísimas formas de como "probar" dichos placeres. El joven tomó a la chica de las mejillas e intensificó el beso, imprimiéndole una dosis aún más fuerte de lujuria pero sin dejar de lado el gran amor que le profesaba.

Sus palabras me hicieron sentir una inexplicable alegría, saber o solo escuchar de sus labios que no me dejaría escapar tan fácilmente y que me amaba era algo nuevo y viniendo de el, eran palabras que tomaban una gran importancia debido a su conocida personalidad, no sabia con certeza si el las había dicho con anterioridad pero para mi era la primera vez que escuchaba aquellas palabras con su dulce tono de voz.

Mi corazón comenzó a acelerarse peligrosamente, pero no me importaba morir en ese mismo instante, estaba feliz y no habría nada en este mundo o en otro que lograra cambiarlo. Blaise era, en cierto modo, todo lo que alguna vez espere de un muchacho y que por gracia o desgracia no había encontrado, quizás esa extraña fuerza que todos llamamos destino quería que el y yo termináramos juntos, es decir, teníamos una personalidad muy parecida y aun aquello que no aguantábamos del otro nos hacia estar unidos.

Su beso comenzó a despertar lentamente mi inherente lujuria, debía admitir que mil veces había pensado y soñado con el cuerpo de Blaise, poder acariciarlo, quizás simplemente poder sentir su piel cerca de la mía y aunque a diario dormíamos a pocos centímetros uno del otro no había sido capaz de entregarme a mis emociones, pero hoy, hoy era distinto y no estaba en mis planes seguir reprimiendo lo que sentía. Mis manos lentamente bajaron por su pecho hasta llegar al borde de su camiseta, me separe de sus labios un momento y suavemente le quite la camiseta, acaricie su pecho desnudo mientras lo miraba a los ojos, luego lleve mis manos hasta su cuello para atraerlo hacia mi y volver a besarlo con toda pasión.

La algarabía que Blaise estaba experimentando en estos momentos no era fácil de describir, no señor... Pero estar así con Pansy, besándola de esa manera hacía que una placentera corriente de alegría lo recorriera de pies a cabeza, lo hacía sonreír, y lo hacía sonreír mucho. Se sentía sumamente feliz y realizado junto a ella y continuó besándola de esa manera tan dulce, pero a la vez tan apasionada... Que labios ¡por Merlín! Que maravillosos y deliciosos labios que poseía su novia. Pocas veces el joven Zabini había experimentado el contacto con unos que tuvieran tan buen sabor. No sabía si eso era simplemente por ser el sabor natural o por estar sazonado un poco por el gran amor que sentía hacia ella. Sea como fuere, ésta era una de las pocas veces que el chico no pensaba en nada que no fuera ella, ella y ella. Y solo era ella porque ni siquiera pensaba (como hacía a menudo) en la relación que había tenido con Draco, no. Era simple y exclusivamente Pansy en su mente, sin nada más, ni Draco, ni sus celos, ni nada de nada.

¿Por cuánto tiempo había deseado su cuerpo? ¿Cuántas veces los celos estúpidos habían minado su deseo? ¿Cuánto había resistido estoicamente los embates de su libidinosa mente? Sin embargo ahora no se iba a resistir ¡Al diablo con todo! Ahora iba a ocuparse de hacer una de las cosas que más le encantaba hacer, con la mujer que más le gustaba por encima de todas las demás, y aparentemente ella pensaba lo mismo porque dio el primer movimiento quitándole la camiseta sin mangas. El torneado torso del muchacho quedó totalmente al descubierto, bajo la luz del joven sol de aquella mañana. Las pocas gotas de sudor que aún subsistían del ejercicio matutino brillaban a la luz como si fueran pequeños diamantes que cubrían la piel de una estatua de bello marfil sonrosado, tomándola de las manos hizo que intensificara las caricias en su pecho. Se imaginaba que ella estaba en el mismo estado de deseo y no iba a privarle que tocara su cuerpo, nunca lo había hecho en ese aspecto y quería que se grabase cada recoveco de él con total claridad. Hizo fuerza con su torso, por lo cual sus músculos se hicieron algo más prominentes para que a ella le fuese más placentero recorrer sus pectorales y abdominales, mientras sus inquietas manos comenzaba por quitarle la capa negra y desabrocharle los botones de su verde chaqueta hasta dejarla solo en sujetador, allí comenzó a masajear sus pechos por encima de la tela, de una manera sumamente descarada y lasciva.

Aun no podía creer lo que estaba pasando, era algo un poco “irónico” quizás… Tener que escapar de la habitación para poder congeniar y poder al fin entregarnos a ese delirio que habíamos guardado probablemente por largo tiempo, ¿Por qué esperar tanto? Probablemente el miedo al rechazo nos hacia replantearnos el llegar un poco mas profundo en esta relación, probablemente la sombra de Malfoy y de todas las chicas con las que Blaise había estado también se interponían de una manera no directa pero por alguna razón hoy era distinto, todos los fantasmas habían desaparecido ¿Cómo lo se?, vale, yo di el primer paso pero lejos de molestarle al parecer le agrado y me dejo continuar libremente.

Ver su cuerpo así me provocaba una sensación inexplicable, los pequeños destellos que relucían en su cuerpo gracias a las pequeñas gotas de sudor le daban un toque luminoso casi divino, sin duda digno de admirar. Mis manos algo temblorosas palparon su piel y al instante se retiraron, suspire profunda y entrecortadamente tratando de normalizar mi pulso, aunque ello no sirvió de mucho no deje que me detuviera y mis manos volvieron a palpar su torso, lentamente y solo usando la yema de sus dedos comencé a acender tratando de recorrer lo mas cuidadosamente su cuerpo, conocer cada centímetro, cada rincón…En este momento lo único que anhelaba era mantener ese recuerdo vivo en mi mente.

No opuse resistencia al sentir como mi capa se deslizaba por mi espalda hasta caer finalmente al suelo, ni tampoco tuve objeción al sentir como la cálida brisa acariciaba mi piel, ahora desprovista de su indumentaria. El atrevido y libidinoso toque de Blaise sobre mis pechos hicieron que una leve corriente recorriera mi cuerpo haciendo que mi piel se erizara y que mi corazón se detuviera por un momento, mordí mi labio inferior y contemple por un momento sus hermosos iris mientras mis manos seguían recorriendo su cuerpo, ahora arañándolo con la suficiente fuerza para dejar tenues marcas pero sin lastimarlo. Mis manos descendieron desde su pecho hasta llegar al borde de sus pantalones e introduje una de sus manos en el, lentamente continúe bajando hasta llegar a su miembro el cual comencé a acariciar sutilmente sobre su ropa interior.

El atrevimiento ya comenzaba... La diversión empezaba a manifestarse y la temperatura iba, lenta y gradualmente, en aumento. El chico se mordió el labio inferior cuando sintió el tenue rasguño que las uñas de su novia le otorgaban sobre la piel. Sabía como empezar a excitarlo, la muy zorra... ¿Porqué sería ? ¿Acaso éstaban tan compenetrados que hasta había adivinado, en cierta manera sus gustos? Porque Blaise no se caracterizaba por ser particularmente sádico o masoquista, sin embargo, lo morboso, lo fuerte, lo salvaje era lo que más le gustaba en ese aspecto. Y por alguna razón, los rasguños de Pansy sobre su ser, se erigieron como un delicioso y placentero anticipo de lo que vendría. Se mordió intensamente el labio inferior.

Era increíble, ya que, de todos los resultados posibles y esperados de como se desarrollarían las cosas el día de hoy, sin duda sexo con Pansy era algo que se salía de sus cálculos. Este encuentro estaba siendo tan espontáneo, tan excitante, que, como siguiera así, se imaginaba que terminaría muriendo de placer al derretirse entre sus brazos. La mano de ella llegó a su entrepierna y su miembro, hasta ese momento en un estado de flaccidez comenzó a despertar y a endurecerse... Ya un notorio bulto se hizo presente en esa zona y llevando sus labios otra vez a los de ella empezó a mordisquearle traviesamente el inferior, mientras sus manos iban hacia el broche del sostén de ella y lo desabrochaban, dejando sus pechos libres. Una vez estos estuvieron libres, Zabini no se cortó en manosearlos y toquetearlos, pellizcó los pezones, acarició totalmente los senos, los apretujó, los trató de abarcar por completo con sus manos, los masajeó, hizo sus delicias con el tacto en esos dos montes tan deliciosos y atractivos. Sonriéndole con cierta lascivia le dijo:
- ¿Nunca te he dicho que las tienes muy buenas? Pues si nunca te lo he dicho te lo digo ahora: las tienes hermosas.

Ciertamente habíamos llegado al punto del no retorno, y no por que no pudiera decirle “Basta, yo me largo de aquí”, si no que estaba completamente entregada a la idea de convertirme en su mujer… Además ya habíamos dormido juntos por mucho tiempo y esto era lo que necesitábamos para hacer de esta una verdadera relación, ambos nos queríamos, y por lo que pude percibir ambos deseábamos tener el cuerpo del otro y tomando en cuenta que soy muy posesiva, quería dejar una gran marca en él, para que siempre recordara que de cierto modo, no, cual cierto modo… Blaise es mío, y punto.

Aparte mi mano de su entrepierna y lentamente la volví a poner sobre su pecho, realmente me encantaba sentir su suave, terso y torneado torso, tan cálido y… ¡Por Merlín tan intensamente trabajado!, tenerlo cerca, desde siempre había despertado mis más profundas fantasías, y ahora al verlo allí, frente a mi tan dispuesto, sentir su inherente aroma, era simplemente inconcebible… Además, estar allí, en la mitad del bosque le daba un toque especial, sin duda era algo que guardaría en mi mente y que recordaría cada vez que pasara por este lugar.

Un ligero y casi inaudible gemido broto de mis labios al sentir sus manos sobre mis pechos, simplemente eran tan grandes, suaves y fuertes que hacían que por mi cuerpo recorriera una fuerte corriente, viéndose claramente en mi erizada piel. – ¿Cómo podias haberlo dicho si nunca las habias visto? – respondi de manera agitada y vacilante mientras me sonrojaba tenuemente al sentir que mis pezones se iban endureciendo cada vez mas.

Ante la pregunta de Pansy, el joven rió ligeramente. Tenía razón, era la primera vez que veía sus senos al descubierto, aunque ya en cierta forma, lo que había visto cuando, por ejemplo, ella se daba algún baño en el lago, con sus pechos cubiertos por el sostén, siempre le gustó. Y ahora que los veía al descubierto... ¡Merlín, que Pansy si tenía un excelente cuerpo! ¿Cómo pudo resistir la tentación de tener a semejante diosa en su cama y no hacer nada para gozar con ella? Era un pecado capital terrible no disfrutar ni hacerle disfrutar a una chica tan preciosa.
- No las habré visto al desnudo, pero siempre que se insinuaban me parecían atractivas... Ver se ven muy bien, vamos a comprobar comos saben.- se relamió lujuriosamente los labios e inclinó su cabeza hacia los pechos de ella, comenzó a besar la zona, repartiendo muchos besos por sus senos, no solo besó, sino que también recorrió con su lengua la zona, inundando sus papilas gustativas con el delicioso sabor de la piel de la chica. No creía posible un gusto tan delicioso, pero aparentemente se había equivocado porque los senos de Pansy catalogaban entre las cosas más sabrosas que había probado. Cerró sus labios en torno a sus pezones y comenzó a succionarlos, primero suavemente, luego con bastante más fuerza, primero uno en un seno y luego el otro... Lo hizo de la manera más devota y ferviente, cual lactante, mientras sus manos comenzaban a perderse bajo su falda y acariciaban sin pudor su feminidad sobre las bragas.

Cerré los ojos e instintivamente mis manos subieron hasta su rubia cabeza, enredándose entre sus cabellos y acariciándolos con una mescla de intensidad, ardor y pasión. Sus labios eran cálidos y suaves que hacían que por mi cuerpo corriera una intensa corriente que nacía desde mis pechos y se extendía por todo mí ser, ¡Por Merlín! Jamás había sentido una sensación ni remotamente similar a lo que ahora estaba experimentando, seria que ahora era más que solo sexo por sexo y nada más… quizás era por que ahora estaba entregando mi corazón a lo inevitable y sentir que el también se estaba entregando de manera similar hacían una mezcla de sensaciones extrañas y por demás muy placenteras.

Mordí mis labios y un suspiro emergió de ellos al sentir como su traviesa mano se escabullía bajo mi falda y acariciaba mi ya muy húmeda intimidad. Una de mis manos bajo hasta su pantalón y comencé a bajarlo lentamente hasta que el mismo cayo a sus pies victima de la gravedad y comencé a acariciar su miembro por sobre su boxer pero mi curiosidad y extrema lujuria pudieron mas que mi sentido común, lentamente baje la mano con la que acariciaba su cabello y con ambas baje lentamente su bóxer dejando su miembro en total libertad, sonreí levemente y con una de mis manos continúe acariciando su torso y con la otra comencé a darle un suave masaje en su entrepierna.

La chica lo había dejado desnudo prácticamente antes de poder darse cuenta, el joven le sonrió de costado de manera lasciva, mientras temblaba y se estremecía de placer debido al masaje a dos manos que ella daba sobre su miembro. El mismo comenzó a endurecerse y agrandarse lenta, muy lentamente, efecto de los masajes de ella. Mientras ella hacía esto, él continuaba lamiendo suavemente sus pechos, succionándolos con suma fuerza, como si fueran el manjar más delicioso de todos, y en parte lo eran, porque a Blaise le encantaban los pechos de su novia.

Notó como ella seguía, seguía ejerciendo esos masajes en su miembro, esa presión con sus manos y cerró los ojos otra vez, lanzando un ahogado gemido placentero mientras sentía como su hombría seguía creciendo, crecía sin parar hasta que llegó a su punto máximo de esplendor y erección llegando a las 9 pulgadas de longitud máximas y 1,6 de grosor. El chico al llegar a éste punto, apartó la mano de su miembro, totalmente erecto, para quitar su falda al igual que su ropa interior, dejándola totalmente desnuda en igualdad de condiciones que él. Relamiéndose con total lujuria la miró a los ojos y acercó su hombría a los labios de su feminidad, comenzó a refregarla suavemente contra ella, contra la apertura de ese delicioso templo femenino. Pero no la penetró directamente, antes la excitaría un poco más...
Así que usando dos de sus dedos, los acercó a la intimidad de ella, y la penetró profundamente, atravesando sus labios con ambos dedos y comenzando a hacer una fuerte y constante masturbación mientras la miraba con una lascivia total destilándole de los ojos.

Al sentir sus cálidos y traviesos labios aun besando y saboreando mis pechos hacían que de mis labios brotaran pequeños y entrecortados gemidos, mis ojos yacían cerrados producto de la grata sensación que sentía en esos momentos, mis manos continuaron masajeándolo lenta y suavemente para darle la misma satisfacción que el me otorgaba, pude notar como entre mis manos su miembro se iba endureciendo y creciendo desmedidamente y una sensación de alegría y satisfacción envolvió mi cuerpo al sentir su gemido, ello me decía que lo estaba haciendo relativamente bien.

Con un rápido movimiento y casi sin darme cuenta Blaise me arrebato todo el vestuario, ahora en igualdad de condiciones, solo debíamos dejar que todo siguiera su curso. Mi cuerpo se estremecía como si fuera la primera vez que alguien lo acariciaba de esa forma, mi corazón latía nervioso y mi mente se había ocupado de borrar el recuerdo de todas mis experiencias anteriores, para mi, Blaise era el primer hombre que me había tocado, y aunque era conocido por todos que no era virgen, hacia mucho había perdido la practica del sexo.

Lo observe a los ojos un momento y trague saliva, ¿Qué me sucedía?¿Porque estaba tan nerviosa?, su mirada cargada de lujuria me advirtió que él ya estaba listo y sin predecirlo siquiera sentí como su miembro erecto y dispuesto rozaba mi intimidad, aquella emoción causo un violento estremecimiento y no pude evitar morder mi labio inferior, pero allí no se detenía, por el contrario estaba recién comenzando, sus dedos penetraron profundamente en mi sexo haciendo que de mis labios brotara un gemido ahogado tan solo al sentirlos entrar, luego sendos quejidos casi inaudibles continuaron saliendo involuntariamente de mi boca, abrí un poco mas mis piernas para que Blaise pudiera seguir penetrándome con sus dedos y mis manos se posaron en sus hombros arañándolo sutilmente.

El chico estaba maravillado con Pansy. Obviamente no era virgen, todos (y en especial todas) en el castillo lo sabían. Sin embargo, observar a Pansy así, desnuda, tan entregada a él... Sentía algo que no había sentido en ninguna de sus anteriores ocasiones, un estremecimiento en su cuerpo que nada tenía que ver con el placer y la excitación. Un estremecimiento que alteró profundamente su pecho, el cual sentía inflamado de cariño y ternura por ella, como si su corazón quisiese salírsele... Era la primera vez que se sentía así. Era la primera vez que sus ojos transmitían tal cariño, tal brillo especial. Era increíble que él, conocido por ser uno de los chicos más fríos y odiosos del castillo estuviese demostrando tal adoración y amor por alguien.

El muchacho continuó masturbándola... Al notar con su tacto lo estrecha y apretada que estaba Pansy, se dio cuenta de que, si bien no era virgen, aparentemente no había practicado sexo hace algún tiempo. Por alguna razón, esto contribuyó a la excitación del joven Zabini. Iba a ser el primero en probarla luego de algún tiempo sin que nadie lo hiciera. Lo hacía sentir especial sin duda. Él también llevaba algo de tiempo sin tocar a ninguna mujer ni nada parecido. Esas coincidencias parecía que hacían todo mucho más maravilloso de lo que ya era.
Con sus dedos comenzó a entrar y salir, entrar y salir de su interior, masturbándola profunda e intensamente, moviendo circularmente sus dedos para hacer que ella se abriese mejor, para que su feminidad no estuviese tan estrecha... No era su intención causarle a la muchacha ningún dolor con su miembro y quería disminuir cualquier posible incomodidad al mínimo, no quería hacerle daño, muy por el contrario, deseaba hacerla gozar como nunca había gozado en su vida.
Mientras la masturbaba a buen ritmo, causando una dilatación cada vez más grande y más húmeda.
Se relamió al ver esto, por Merlín, Pansy era toda una belleza... Y esa belleza era toda suya. Su boca siguió succionando y lamiendo sus pechos, como devorándolos con ansias, hasta que fue subiendo otra vez con su boca y la besó apasionada y lujuriosamente, con un tinte de cariño en el beso. Ese beso tan intenso coincidió con que una de sus manos comenzase a acariciar fuertemente su clítoris para excitarla aún más.